El éxito de los procesos de compliance depende de ser considerado ya no como un obstáculo para el negocio, sino como un gran generador de confianza, clave para el desarrollo de una empresa. Acá te contamos por qué. 

En pocas palabras, el compliance tiene que ver con el cumplimiento normativo del conjunto de normas, regulaciones y leyes que entidades gubernamentales y no gubernamentales prescriben y exigen para un área productiva específica ya sea a nivel municipal, provincial o nacional. 

Por mencionar un ejemplo, en la Argentina tenemos a la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) se ocupa de la prevención y el control de lavado de activos, alineada con el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Ambas entidades cuentan con una extensa lista de obligaciones y de protocolos que las empresas del país deben cumplir, algunas que solo se aplican de forma local y otras que se aplican de forma internacional. 

La existencia de la SSN es un claro indicador de la importancia de la implementación de la responsabilidad penal empresarial y el cambio de rol del Estado, que hace partícipe a las empresas en las tareas de detección, de reacción y de sanción de la criminalidad corporativa.

Ahora bien, ¿qué tiene para aportar el compliance al desarrollo de las empresas? Lo primero para decir es que, para alcanzar el crecimiento económico, se necesita previamente la seguridad jurídica. Acompáñanos a ir viéndolo en detalle.

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Compliance y crecimiento

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El crecimiento vinculado a la correcta optimización de los procesos de compliance abarca diversos aspectos. Consideremos algunos de ellos.

En primer lugar y como afirmación casi de sentido común, la implementación de un sistema de gestión de compliance eficaz genera valor y asegura el crecimiento a largo plazo. Se trata  de un aliado para el negocio y sus líderes. Así el compliance se posiciona como un recurso clave para garantizar la sostenibilidad del negocio en cuanto a maximizar el cumplimiento de leyes, normativas y compromisos, se trate de impuestos o de autoimpuestos (valores y propósitos de la compañía).

En segundo lugar, la disminución de conductas ilegales o inapropiadas representa una ventaja competitiva porque es, y cada vez lo será más, apreciada por potenciales inversores, por socios de negocio, por administraciones públicas contratantes y por entidades financieras en general. 

En tercer lugar, esa disminución de conductas ilegales o inapropiadas tiene efectos claros en cuanto a la atracción y a la retención del talento para las organizaciones, lo cual repercute sobre el compromiso del capital humano.

En cuarto lugar, debemos entender que dichas conductas condicionan para bien (o para mal) la identidad de una empresa y su reputación, dos valores que no tienen precio. Por ejemplo, a diferencia de años previos, hoy existe una conciencia más avanzada sobre el impacto que el entramado empresarial provoca en su entorno. Esto repercute de forma directa sobre la buena reputación de una compañía. De acuerdo con LLYC, hoy un 93 % de los tomadores de decisiones considera que el compliance optimizado mejora y refuerza la reputación de la empresa.

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Compliance como requerimiento social

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Además, en los tiempos que corren, la misma sociedad sanciona determinados comportamientos y no basta con cumplir las leyes y obtener los máximos beneficios. Así lo refleja un reporte de las tendencias de compliance elaborado por LLYC mencionado arriba, elaborado entre directivos del ámbito empresarial, según el cual, el 80 % de los ejecutivos encuestados considera que ya no es suficiente con cumplir las leyes. Ahora se exige eso y más; se exige, por ejemplo, que las empresas actúen de forma ética, que sean agentes del cambio y contribuyan a la construcción de un mundo más humano, más justo y más integrador. 

En esta misma línea, aunque con matiz distinto, el objetivo n.º 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por la ONU en la Agenda 2030 incluye “crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles”.

En quinto lugar, y vinculado con todo lo anterior, gran parte del camino hacia la fidelización de un cliente se cimienta con la velocidad del proceso de onboarding. De acuerdo con el reporte de LLYC (Del Cumplimiento Estético al Compromiso Auténtico), 71 % de los ejecutivos reconoce un impacto positivo en clientes y en consumidores de los procesos de compliance optimizados. 

Dicho de otro modo, no da lo mismo para nadie que el proceso de dar de alta una cuenta tarde minutos o tarde días. Esta brecha, fundamental entre las fintech y las instituciones financieras tradicionales, depende directamente de los procesos de automatización de KYC (conocimiento de tu cliente). Esto conlleva, por ejemplo, cruzar datos para corroborar la identidad de un cliente, de modo que él pueda dar de alta su cuenta sin fricciones y mejorar su experiencia de usuario, por un lado, y la compañía no quede expuesta a una potencial suplantación de identidad o al lavado de dinero, por el otro. Es decir, se le brindan facilidades al usuario, que también estima positivamente la garantía de seguridad que detenta la compañía, a la vez que a esta fideliza a sus clientes, lo cual repercute, al final del día, en el ingreso de capital. 

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La eficiencia es dinero

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En sexto lugar, como dice el refrán popular, el tiempo vale oro. Y no nos referimos solo al tiempo que pueda ahorrar un usuario, sino también al tiempo que gana una empresa que cuenta con el compliance al día. De acuerdo con estimaciones de Complif, una compañía que ha digitalizado sus procesos de compliance obtiene una eficiencia 80 % superior en comparación con aquellas que no han implementado soluciones tecnológicas óptimas en lo que a este tema respecta. 

Y ese tiempo ganado sirve para que los tomadores de decisiones puedan disponer de una infraestructura empresarial más ágil que les posibilite pensar de manera creativa en el desarrollo de sus negocios.

En séptimo y último lugar, dato con el que cerraremos este artículo, pero no agotaremos el tema, que iremos desarrollando en las siguientes entradas del blog, está la expansión regional: una empresa que decide abrir nuevos mercados, ya sea en otra ciudad, en otra provincia o departamento o incluso en otros países, debe conocer a la perfección sus obligaciones según los entes que regulen cada mercado. Complif no solo ayuda a las empresas en ese recorrido, sino también a solucionar todo lo que mencionamos arriba.

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